A.Vogel blog
Por Equipo A. Vogel, el 19 septiembre 2017
El Thymus es un género de plantas aromáticas, herbáceas y perennes, conocidas comúnmente como tomillo, que pertenecen a la familia de las labiadas (Lamiaceae). Dentro de este género hay unas 1.500 especies, donde la más conocida es Thymus vulgaris L., que es la que se cultiva como condimento y planta ornamental, a la que también se le atribuyen propiedades medicinales.
Los tallos del tomillo son rígidos y leñosos y poseen vellosidad blanca. Miden entre 15 y 30 cm de altura. Por su parte, las hojas se caracterizan por ser estrechas, muy pequeñas y con los márgenes curvados hacia el envés. Las flores del tomillo, que desprende un fuerte aroma, pueden variar del blanco al violáceo. Es nativa de zonas templadas de Europa, África del Norte y Asia, es decir, de la región mediterránea. Florece con el inicio de la primavera y crece en las laderas o entre matorrales, preferiblemente en terrenos secos, rocosos y expuestos al sol, pues no soporta el frío.
En la antigua Grecia se utilizaba como planta medicinal para curar heridas de gravedad y también en la Edad Media se tomaba contra el asma y la diarrea. Así, la abadesa Hildegard von Bingen alababa las propiedades del tomillo en caso de ahogos, tos ferina y asma. En la actualidad, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprueba su uso tradicional como expectorante en la tos asociada al resfriado. Además, la Cooperativa Científica Europea de Fitoterapia (ESCOP) tiene indicaciones aprobadas para procesos catarrales de las vías respiratorias, la bronquitis y la tos irritativa.
El tomillo también juega un papel importante en el ámbito gastronómico, siendo un condimento habitual de la cocina mediterránea, debido a su olor intenso y característico sabor. Se utiliza mucho en estofados, carnes a la brasa, escabeches, adobos, marinados y aliños como los de las aceitunas, aportando propiedades digestivas. En la cocina francesa forma parte de las hierbas provenzales y en la italiana suele ser habitual en algunas focaccia. En A.Vogel os proponemos tres opciones de aliño a base de tomillo para incorporar a vuestros platos, tanto ensaladas como verduras al horno u olivas.
– Recetas de aliño con tomillo –
Aceite de tomillo: el básico
Solo necesitaréis una botella de cristal, aceite de oliva virgen extra, entre dos y tres dientes de ajo y tomillo fresco. Una vez que hayáis introducido todos los ingredientes en la botella, ésta la dejaréis en un armario durante dos semanas para que el aceite adquiera el aroma de la planta. De esta forma tendréis un delicioso aceite aromatizado ideal para ensaladas y tostadas.
Aliño de tomillo para aceitunas
El aliño de las aceitunas permite muchas posibilidades. Éste que os proponemos, además del tomillo, lleva también ajo, limón, sal, orégano y laurel. A la hora de incorporarlo a las aceitunas, deberéis primero tenerlas en crudo durante una semana con abundante agua, que cambiaréis varias veces al día. Después de eso, podéis mezclar el aliño con las olivas y dejarlas reposar unas doce horas, preferiblemente en recipientes de barro o plástico. Con ello obtendréis unas aceitunas buenísimas con mucho sabor.
Vinagreta de tomillo para ensaladas y verduras
Para potenciar el sabor de vuestras ensaladas o platos de verdura, tanto cocida como asada o a la plancha, podéis incorporar gran variedad de vinagretas. Esta vinagreta lleva unas poquitas hojas de tomillo, mostaza, azúcar moreno, vinagre de Módena, aceite de oliva, sal y pimienta. Para prepararla tenéis que mezclar todos los ingredientes sin el aceite, que se agregará una vez que estén todos bien integrados.
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