Seguimos con ideas para cocinar fruta y verdura de temporada. Después de las recetas con fresones, es el turno para otra estrella de la primavera-verano: los calabacines. Aunque podemos disponer de esta hortaliza durante todo el año, empieza ahora el mejor momento para disfrutar de su sabor.
Los calabacines son de la familia de las curcubitáceas, como la calabaza, el pepino o la sandía. Al tener un gran contenido en agua es perfecta para los meses de calor. Por eso, os resumimos aquí todo lo que necesitáis saber para disfrutarlos en la mesa:
¿Cómo elegir los mejores calabacines?
Es importante que al tocarlos estén firmes, y que tenga una piel uniforme, sin manchas. Por fuera pueden ser amarillos, verde claro y oscuro, según su variedad. Eso sí, su interior siempre es blanco.
La mejor opción son los más pequeños; tendrán un sabor más intenso, una textura más agradable y nada de semillas.
Recuerda que entre los meses de julio y septiembre encontrarás los más sabrosos.
¿Con qué otros nombres se conoce?
Zapallo, zapallito, zucchini... en Latinoamérica se nombra al calabacín de formas muy variadas, derivadas de la voz quechua zapallo.
Esta curcubitácea está muy presente en la gastronomía local de muchos de estos países, tanto al horno como frito o rebozado, y también rallado, sin necesidad de cocinarlo.
¿En qué es rico?
Los frutos, flores y semillas del calabacín son comestibles, aunque lo más empleado en cocina suele ser su fruto. Es rico en agua (es más del 90% de su composición) y fibra, así como en vitamina A, C, D, E, fósforo, potasio, magnesio y zinc. El calabacín se puede comer tanto crudo como cocinado, lo que nos da muchas más posibilidades en la cocina.
Con las semillas se elabora aceite, y también se pueden tostar para comer como snack saludable.
El calabacín resulta muy digestivo si se cocina sin grasas, y es una de las hortalizas más consumidas en las épocas de calor por ser muy hidratante.
Recetas con calabacines
Pocas hortalizas dan tanto juego en la cocina. Encaja en muchísimas recetas salteado o sofrito con el resto de ingredientes.
Prueba a cortarlos en palitos para incluirlos en ensaladas crudas o para mojar en salsas, hummus y cremas.
Rallados también son muy útiles para hacer hamburguesas o albóndigas y conseguir una buena textura. En lonchas finas a la plancha o al horno son un acompañante delicioso para cualquier tipo de plato y un ingrediente que aportará un extra de jugosidad a bocadillos y tapas. Empanados o rebozados están deliciosos, y así evitamos que al freírlo absorban demasiado aceite. Procura servirlos sobre una servilleta de papel de todos modos, para que se lleve el exceso de grasa.
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miércoles, 14 de junio de 2017
Gastronomía Vegana - RECETAS
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