AITOR SANCHEZ
domingo 23.oct.2016 por Aitor Sánchez
Es llamativo como en nuestro contexto la alimentación infantil no se entiende ni se contempla sin elementos comerciales como papillas, leches de continuación o biberones. Muchas veces, hay un confusión muy grande sobre su conveniencia y necesidad, dado que las familias tienen muchas veces falta de recursos para seguir una alimentación infantil saludable. Concretamente en este post nos centraremos sobre que juegan las papillas.
¿Por qué las papillas no son una alternativa saludable?
Porque son básicamente cereales refinados con azúcar que están copando la dieta de los niños, y no dejan por un lado que haya alimentos más interesantes, y en algunos casos restan protagonismo a la lactancia materna.
Según la Organización Mundial de la Salud, "todos los niños deben empezar a recibir otros alimentos, además de la leche materna, a partir de los 6 meses de vida. La alimentación complementaria debe ser suficiente, lo cual significa que los alimentos deben tener una consistencia y variedad adecuadas".
Recomienda claramente que los niños deben alimentarse los primeros 6 meses de vida con lactancia materna EXCLUSIVA. De esta manera es un sinsentido dar papillas azucaradas a los 4 meses, o basar la alimentación en una única textura, o elementos que puedan cambiar el sabor convencional de los alimentos, como el azúcar o la sal añadida.
¿Papillas a los 4 meses? ¿En sustitución del pecho?
Un niño de 4 meses, si no toma el pecho lo que debería tomar es leche de fórmula, pero en ningún caso papilla.
Y ya, a partir del 6º mes empezar a introducir otros alimentos que no necesariamente son papillas. Por tanto no se debe confundir la papilla como un alimento que sustituye a la lactancia materna, porque esa función recae en la lactancia de fórmula.
Por tanto, lo que es altamente criticable es recomendar papillas de manera sistemática para todos los niños y más desde los 4 meses. Es más, los 1000 primeros días de vida la alimentación infantil tienen una excesiva presencia de productos infantiles con un perfil muy poco saludable:
El controvertido etiquetado de la papillas infantiles
Varios profesionales sanitarios han escrito posts y análisis como este, este y este que subrayan la baja calidad nutricional que las marcas de papillas que podemos encontrar en nuestros stand de supermercados y farmacias presentan.
Entre los rimeros ingredientes es casi una norma encontrar
¿Son saludables las papillas sin azúcar?
No es una garantía. Varias papillas se anuncian como “sin azúcares añadidos”pero no es sinónimo de un producto saludable.
Esos otros compuestos como “maltodextrina” “cereales hidrolizados” o “cereales dextrinados” son harinas pre-digeridas. Es decir, no solo son cereales refinados, (harina blanca sin salvado ni germen) sino que encima, ese almidón está ya “cortado” para que se absorba "mejor", pero esto es solo la parte que se quiere destacar a nivel publicitario.
El dextrinado o el hidrolizado es un proceso para acortar los hidratos de carbono complejos del cereal en simples (pasan de cadena corta a hidratos de cadena corta que se absorben mucho más rápido porque su estructura es más parecida al azúcar, ya que están pre-digeridos.
Así se obtiene un cereal que sabe más dulce y encima la ley permite declarar en la caja como "sin azúcar" y venderlo como tal.
¿Hay marcas que tenga una composición más saludablese?
Sí, existen. Hay algunas preparaciones que se pueden adquirir en tiendas especializadas que venden papillas con harinas de grano entero, como arroz o avena integral. Están bien a nivel nutricional, ¿el problema? Que son caras, muy caras comparadas con lo que ofrecen. Comprarlas suponen adquirir prácticamente harina integral a unos 11-12€/kg.
Una posibilidad más barata es comprar en casa harina de arroz, o incluso copos de avena, cocerlos, y así tener una papilla más saludable y barata que las convencionales. Además se le puede añadir la propia leche materna o de fórmula.
¿Son las papillas caseras la panacea?
Serían una mejor alternativa, sin duda. Si una familia hace ese cambio ya ha avanzado una barbaridad respecto a otros niños alimentados con las papillas comerciales. Pero el modelo de alimentarse a base de papilla no es el ideal. En sí mismo, no es el estándar de la alimentación infantil.
Por un lado acostumbrando a texturas que son siempre iguales, ultrafinas. Todo el sabor que recibe el niño es excesivamente homogéneo. Además de que el niños no mastica, no manipula el alimento… A los bebés a partir de los 6 meses les podemos dar comida machacada para que ellos mimos se pringuen, vayan manipulando y vayan interactuando con los alimentos.
El objetivo de la alimentación complementaria es adaptar al bebé a lo que se come en casa. Al niño se le puede hervir arroz, una patata, machacar un poquito de pollo, de huevo, de fruta, queso fresco sin sal, requesón, legumbres machacadas…
¡Simplemente comida adaptada a la edad y situación del niños! ¡Hay vida más allá de la papilla!
No tiene sentido hacer girar la alimentación de los niños sobre cereales predigeridos, cuando la comida convencional es mucho más nutritiva. Hay tres signos principales que nos indican que podemos empezar el proceso de la alimentación complementaria:
¿Qué es eso de Baby led weaning?
Tan sencillo como permitir al bebé que se alimente de lo que él quiera y se coma en casa. Es decir, exponerle alimentos saludables y seguros, y que el bebé vaya manipulando en condiciones de seguridad. Solo hay que tener en cuenta las precauciones típicas de las textura para evitar atragantamientos, y por supuesto las mismas aplicables a prevenir alergias:
¿Qué NO puede comer un bebé?
Hay que tener en cuenta algunos alimentos sobre los que tenemos alertas sanitarias como:
Acelgas y espinacas por nitratos.
Bebidas de arroz por el arsénico.
Grandes pescados azules por el mercurio
Además de por supuesto, obviedades como evitar pescado con espinas, carne con hueso o alimentos que puedan causar atragantamientos o sean muy fragmentables
http://blog.rtve.es/nutricionrtve/2016/10/hay-vida-m%C3%A1s-all%C3%A1-de-las-papillas-infantiles-se-puede-comer-comida.html
Por tanto, lo que es altamente criticable es recomendar papillas de manera sistemática para todos los niños y más desde los 4 meses. Es más, los 1000 primeros días de vida la alimentación infantil tienen una excesiva presencia de productos infantiles con un perfil muy poco saludable:
Conferencia en Naukas2016 que vislumbra la alimentación que sigue una persona desde que nace en nuestro país, y el bombardeo publicitario de numerosos productos alimentarios.
El controvertido etiquetado de la papillas infantiles
Varios profesionales sanitarios han escrito posts y análisis como este, este y este que subrayan la baja calidad nutricional que las marcas de papillas que podemos encontrar en nuestros stand de supermercados y farmacias presentan.
Entre los rimeros ingredientes es casi una norma encontrar
Harina hidrolizada de cereales (además refinada), azúcar, maltodextrina...Prácticamente todas tienen azúcar como segundo o tercer ingrediente.
¿Son saludables las papillas sin azúcar?
No es una garantía. Varias papillas se anuncian como “sin azúcares añadidos”pero no es sinónimo de un producto saludable.
Esos otros compuestos como “maltodextrina” “cereales hidrolizados” o “cereales dextrinados” son harinas pre-digeridas. Es decir, no solo son cereales refinados, (harina blanca sin salvado ni germen) sino que encima, ese almidón está ya “cortado” para que se absorba "mejor", pero esto es solo la parte que se quiere destacar a nivel publicitario.
El dextrinado o el hidrolizado es un proceso para acortar los hidratos de carbono complejos del cereal en simples (pasan de cadena corta a hidratos de cadena corta que se absorben mucho más rápido porque su estructura es más parecida al azúcar, ya que están pre-digeridos.
Así se obtiene un cereal que sabe más dulce y encima la ley permite declarar en la caja como "sin azúcar" y venderlo como tal.
¿Hay marcas que tenga una composición más saludablese?
Sí, existen. Hay algunas preparaciones que se pueden adquirir en tiendas especializadas que venden papillas con harinas de grano entero, como arroz o avena integral. Están bien a nivel nutricional, ¿el problema? Que son caras, muy caras comparadas con lo que ofrecen. Comprarlas suponen adquirir prácticamente harina integral a unos 11-12€/kg.
Una posibilidad más barata es comprar en casa harina de arroz, o incluso copos de avena, cocerlos, y así tener una papilla más saludable y barata que las convencionales. Además se le puede añadir la propia leche materna o de fórmula.
¿Son las papillas caseras la panacea?
Serían una mejor alternativa, sin duda. Si una familia hace ese cambio ya ha avanzado una barbaridad respecto a otros niños alimentados con las papillas comerciales. Pero el modelo de alimentarse a base de papilla no es el ideal. En sí mismo, no es el estándar de la alimentación infantil.
Por un lado acostumbrando a texturas que son siempre iguales, ultrafinas. Todo el sabor que recibe el niño es excesivamente homogéneo. Además de que el niños no mastica, no manipula el alimento… A los bebés a partir de los 6 meses les podemos dar comida machacada para que ellos mimos se pringuen, vayan manipulando y vayan interactuando con los alimentos.
El objetivo de la alimentación complementaria es adaptar al bebé a lo que se come en casa. Al niño se le puede hervir arroz, una patata, machacar un poquito de pollo, de huevo, de fruta, queso fresco sin sal, requesón, legumbres machacadas…
¡Simplemente comida adaptada a la edad y situación del niños! ¡Hay vida más allá de la papilla!
No tiene sentido hacer girar la alimentación de los niños sobre cereales predigeridos, cuando la comida convencional es mucho más nutritiva. Hay tres signos principales que nos indican que podemos empezar el proceso de la alimentación complementaria:
- El bebé sostiene la cabeza cuando está sentado.
- Coge los alimentos con la mano y se los lleva a la boca.
- Ha perdido el reflejo de extrusión (no empuja hacia fuera los alimentos con la lengua)
¿Qué es eso de Baby led weaning?
Tan sencillo como permitir al bebé que se alimente de lo que él quiera y se coma en casa. Es decir, exponerle alimentos saludables y seguros, y que el bebé vaya manipulando en condiciones de seguridad. Solo hay que tener en cuenta las precauciones típicas de las textura para evitar atragantamientos, y por supuesto las mismas aplicables a prevenir alergias:
- Introducir alimentos de uno en uno, dejar 24h de margen.
- Ofrecer alimentos nuevos en muy poca cantidad
- Y tener en cuenta los antecedentes familiares de alergias.
¿Qué NO puede comer un bebé?
Hay que tener en cuenta algunos alimentos sobre los que tenemos alertas sanitarias como:
Acelgas y espinacas por nitratos.
Bebidas de arroz por el arsénico.
Grandes pescados azules por el mercurio
Además de por supuesto, obviedades como evitar pescado con espinas, carne con hueso o alimentos que puedan causar atragantamientos o sean muy fragmentables
http://blog.rtve.es/nutricionrtve/2016/10/hay-vida-m%C3%A1s-all%C3%A1-de-las-papillas-infantiles-se-puede-comer-comida.html
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